Es una pastelería portuguesa fuera de su Portugal, vendían para desayunar junto al café, tanto pastelitos de Belém como croquetas de bacalao dorado con patata. Dulce o salado para tomar con un café, o las dos para comparar dos muy buenos platos de nuestro vecino Portugal. Café y pastel de Belém 2,50 euros.
Los pasteles de Belém son una delicia de hojaldre rellenas de una crema secreta de yema huevo, leche o crema o nata y azúcar.
Pero la croqueta de bacalao dorado por haberla probado menos veces me ha convencido esta mañana un poco más. Con un puré de patata simple al que se le mezcla una tercera parte de bacalao muy desmigado antes desalado y limpio pero sin cocinar, hilado más bien, y al que le añaden un poco de perejil y ajo muy picado fino, se forman unas croquetas algo grandes que se rebozan en huevo primero y pan rallado con harina después, y luego se fríen en abundante aceite hasta que se doren. Sencillo e interesante.
Si la croqueta de bacalao y patata es de lujo lleva piñones tostados y un toque de pimienta blanca o pimentón dulce o picante, dentro de la masa; pero sin ellos también está delicioso.