Hoy en casi todas las panaderías españolas se nos ofrece un buen número de tipos de pan bien distinto entre ellos, permitíendonos elejir, probar y decidirnos al final por el que más nos gusta. Pan mucho más elaborado que hace un par de décadas, cuando en cada panadería a lo sumo se ofrecían dos tipos de pan diferente y además más normalizado entre distintas panaderías.
La entrada en las fábricas de fórmulas de masa de pan más rústico ha supuesto la ampliación de los servicios, pero también el conocimiento de masas de pan de otros territorios, lo que ha ampliado el muestrario de los diferentes panes que se venden.
Hay panes tipo francés, rústicos, gallegos, castellanos, amacerados, integrales, con frutos secos, etc. Hay que disfrutar del buen pan en las comidas como un complemente insustituible para reforzar el sabor de algunos productos. Es casi imposible tomar un buen queso sin un pan de calidad, un jamón o incuso un cocido o potaje. Con moderación pero con calidad.