Está de moda los sushi como pequeños placeres de la cocina
japonesa que han entrado para quedarse en las mesas occidentales. Pero no todos
son iguales. Deben ser frescos, recién hechos, con un arroz cocido según la
tradición japonesa con algo de vinagre de arroz al menos, con formas y rellenos
diferentes y siempre con salsa de soja (a ser posible fuerte y utilizando muy poca) y wasabi para
mezclar, más láminas de jengibre o rábano encurtido para mezclar con ellos
hasta lograr diferentes sabores de los sushi.
Lo correcto es que sean de tamaño pequeño pues son
simplemente “bocados” de pescado con arroz. Delicias de un solo bocado. Y
debemos cogerlos con palillos y si no sabemos con los dedos. Mejor con los
dedos que con tenedor.
Hay distintas variedades del sushi aunque no todas están
consideradas variantes del mismo. Veamos algunas.
El sashimi es simplemente láminas de pescado crudo,
preparado para pasar por el vasito de salsa de soja con wasabi o no, con una
lámina de gengibre o no, depende de gustos.
El nigiri es ese montoncito de arroz cocido que está
cubierto por un filetito de pescado, tipo salmón, bacalao, atún, arenque,
langostino, etc.
El maki son dos tipos de pescados o un pescado con verdura o
fruta, enrollado entre arroz y rebozado con una hoja de alga. Si está rebozado de
caviar o huevas, etc. se llama uramaki, Todos los makji se hacen en un rollo largo
y luego cortado en piezas de bocado.
El temaki es similar al anterior make, pero de forma cónica,
casi como un taco.
El jengibre también sirve para refrescar la boca entre
distintos sabores de sushi y que puedas detectar mejor cada sabor distinto.
Como en los sushi auténticos, el arroz está cocido con algo
de sabor (vinagre de arroz, azúcar, sal, etc.), no se moja en la salsa el arroz directamente sino el pescado dándole la vuelta a
la pieza. Además si metemos el arroz en la salsa tomará un exceso de ella y se
corre el riesgo de que se desarme todo el arroz.