Probé ayer como acompañamiento para un pollo guisado y algo picante de un restaurante chino lo que parecían algas fritas y así se anunciaban en el plato. Una delicia nueva que me apresuré a conocer con más detalle.
No son en realidad algas en la restauración occidental, sobre todo si son restaurantes de bajo precio, sino hojas verdes de col china, o espinacas, o acelgas, o simplemente col normal de hoja pero bien verde oscura siempre. No sirve verde claro.
Una vez enrolladas las hojas para facilitar el corte y picadas muy finas en tiras delgaditas, se secan bien de humedad. Debe estar la verdura bien seca y si es necesario se meten unos minutos al horno para lograrlo.
Se calienta una freidora y se meten las hojas picadas de la verdura a freír con el aceite bien caliente entre 30 y 45 segundos. Aceite de girasol. La verdura debe quedar bien tiesa y sobre todo bien verde.
Se saca la verdura picada de la freidora bien escurrida de aceite y se distribuye sobre unas bandejas con papel absorbente para que se chupe todo el aceite posible. Ahora por encima y en caliente se pone unos golpes de sal y otros algo más abundantes de azúcar, añadiendo semillas de sésamo o de pipas de girasol. El resultado debe ser casi dulce, nunca salado. Y crujiente.
Se sirven calientes y para ello es posible que las debas de tener un poco en el horno, para que no se enfríen. Deliciosas y nuevo sabor que no solo acompaña sino también sorprende.