No es una entrada de publicidad aunque lo
parezca, es un menú castellano que se puede tomar en muchas ciudades de España
de una forma muy sencilla, sin tener que viajar, y con una calidad muy buena.
Sin duda hay unos años que no he estado en este restaurante de mi ciudad,
Zaragoza, pero si mantienen la misma calidad que antaño, es excelente y lo aseguro
desde mi procedencia castellana.
Si amablemente alguien quiere seguir
recordándome a qué sabe el cordero lechal de Aranda, asado en horno castellano,
me puede invitar sin añadidos, y así lo podré contar con más detalle.
Personalmente de los entrantes me quedo
con el picadillo, la morcilla y tal vez el lacón aun que no sea soriano o
burgalés. Antes servían creo que bajo pedido unos riñones asados envueltos en
su sebo, que eran un milagro.
De las carnes sin duda, el asado de
cordero con patatas, que es una delicia. La carne debe ser aragonesa o
castellana, lechal o ternasco, pues no debe saber a carne, tiene que ser jugosa
pero con el sabor justo. Y algunos corderitos según la raza, tienden a saber demasiado
y el cordero no es tan encantador.
Los precios son lógicos, y el servicio total no lo
puedo juzgar. La bebida es aparte, y recomiendo un vino de Aranda de Duero
tinto, o si te lo recomiendas por su calidad un rosado de Aranda, que a pocos
gustan pero que si está bien hecho es una maravilla.