No cabe duda de que cualquier plato bien
presentado gana el doble de presencia y de ganas de ser tomado, que los alimentos entran por la vista y el olor, que
una buena disposición como si estuviéramos creando un diminuto cuadro de
colores, ayuda a poner en valor lo que se presenta.
Es un simple chipirón maravilloso al que
no le falta detalle para ser apetecible.
Sobre una lámina fina de pan un poco de cebolla pochada y
caramelizada. Sobre ella un chipirón a la plancha con un filete de ajo tostado
encima. A su vera un poco de cebollino junto a una salsa de mayonesa con un
ligero toque de mostaza.
Si no nos gusta la salsa, el cebollino o el ajo,
todo está perfectamente separado para poder ser retirado o no tomado.
El plato
de pizarra negra ayuda a resaltar los productos presentados con un excelente
entrante en un menú degustación en el Parador de León.