Es interesante a veces ver con imágenes un ejemplo de precios, y decíamos en el año 2017 que había que reconocer que en España el aceite de oliva ha subido brutalmente hasta el doble de lo que se cobraba hace un par de años, mientras que las cifras del IPC no se nos movían.
Curioso asunto visto en el año 2023, sobre todo si comparamos precios e IPC de estos años.
Ver en la imagen de arriba el precio en agosto de 2017.
¿Solución? Pues (decíamos en 2017) que sin duda consumir menos aceite de oliva y consumir más aceite de girasol para freír, que aunque no sea igual es seis veces más barato.
Se nos dirá que el precio es el del aceite de oliva virgen extra, que en realidad es el único aceite de oliva de verdad y sin tratamientos químicos (creemos).
Pero es que la comparativa de la subida también la hacemos con el mismo tipo de aceite, cuando hablamos de una subida del doble.
Y si se nos dice (en 2017) era lo mismo) que hay menos aceite por la falta de lluvias, debemos decir que sí, que es cierto. Un 9% menos de producción en el año 2017.
¿Eso justifica la subida de casi el doble de precio? ¿no será que se está exportando más y en los mercados exteriores se paga por el aceite de oliva unos precios que no se pagan en el mercado interior?
La imagen de abajo es del año 2014, en Mercadona, y aun que no es extra, sí es oliva virgen. La diferencia es muy notable. ¿Qué opinaremos de estos precios en el año 2026?