Es tiempo de jinjoles en Aragón, en Alagón sobre todo. Pero hay pocas personas que saben qué son los jinjoles y menos que son comestibles. El jinjolero o también llamado azufaifo, jujuyo o jujube es un arbusto que aunque podría llegar a los diez metros de altura en Aragón no supera en mucho los dos metros.
Es un arbolito con espinas en sus ramas que da unos frutos como olivas, dátiles o cerezas que es comestible aunque en pocos lugares se recolecta y se come.
Se recoge el fruto a principios de otoño y se toma como una fruta al natural o como si fuera un dátil, algo desecada, pues aunque es muy dulce con sabor ligero a manzana su hueso es grande para el tamaño del fruto. Es laxante por su gran cantidad en mucílago.
Y aunque proviene de Asia en donde se cultiva como alimento o como ingrediente medicinal, en España es un arbusto silvestre que se da muy bien en zonas secas pues sus raíces penetran mucho en el suelo, buscando humedad.
La madera de este arbusto se utiliza para hacer instrumentos musicales, desde dulzainas y similares a castañuelas. El fruto varía de color en sus últimas semanas desde verdes oliva hacia rojos, con o sin manchas.