A veces lo más simple, bien puesto sobre el plato, resulta mucho más agradable que un plato contundente. No siempre se trata de alimentarte, sino también de disfrutar de la comida como una sensación donde se junta el olfato y la vista además del gusto.
Tenemos que aprender a emplatar.
Esta imagen nos muestra un simple "golpe" de risotto de verduras, meloso, con unas manchas de crema de zanahoria en la base y unas hojas de canónigos encima de todo. Color, contraste, y de esta forma entra por los ojos antes de ser degustado.
Sin duda no es un plato contundente, tiene que formar parte de un menú degustación de al menos cuatro platos, pero es una manera muy eficaz de que el comensal disfrute más de la gastronomía
Tenemos que aprender a emplatar.
Esta imagen nos muestra un simple "golpe" de risotto de verduras, meloso, con unas manchas de crema de zanahoria en la base y unas hojas de canónigos encima de todo. Color, contraste, y de esta forma entra por los ojos antes de ser degustado.
Sin duda no es un plato contundente, tiene que formar parte de un menú degustación de al menos cuatro platos, pero es una manera muy eficaz de que el comensal disfrute más de la gastronomía