O algo mas sencillo todavía, preparando una bechamel con queso o gambas a nuestro gusto, no muy clara, como si fuera para croquetas y una vez algo templada rellenar las flores con delicadeza y pasarlas por un rebozado de tempura y freír en bastante aceite muy caliente hasta que la tempura esté crujiente.
Lo malo de estos sistemas es que cada flor es un calabacín en potencia, pero son deliciosas. Si las cueces o las haces al vapor se pueden rellenar de cualquier ensalada, marisco picado o queso. Hay que cocerlas entre tres y cuatro minutos y pasarlas por agua con hielo para cortar la cocción nada más sacarlas del calor.
Recuerda que hay flores de calabacines machos (debajo de la flor solo tiene un rabo delgado) y hembras (debajo tienen un tallo más grueso en forma de útero natural), y las primeras sirven para polinizar las flores hembras pero se caen sin producir fruto.