Fruta dulce que convertimos en sabrosa fruta algo salada, y que está muy buena reforzando sus sabores.
Cortamos unos dados de sandía y la salpimentamos. Por encima le ponemos unas gotas de aceite de oliva virgen extra y unos toques de cebollino, perejil, romero, cilantro o tomillo. Al gusto del cocinero o del comensal pues el cilantro es sabor que no a todos gusta. No hay que pasarse con las hierbas.
Unos tomatitos cherry o incluso unos pepinillos en vinagreta o ya —si eres de los atrevidos— un par de filetes de anchoas por encima, terminan un aperitivo de lo más novedoso. Simple y barato.