Os dejo una receta histórica con más de un siglo de antigüedad que es una simple sopa pero con el nombre ya habréis podido adivinar que es historiada, rica y contundente, para sacerdotes de cargo y comidas de señoría.
Añadiros que al final de la receta se habla de ponerle a la sopa quenellas que son unas pequeñas bolitas ovaladas de pasta de sémola o de harina mezclada con mantequillas, huevos y leche y algún relleno de carne, a modo de las clásicas pelotas que en Murcia por ejemplo se utilizan en las sopas o los clásicos huevos tontos de Aragón, pero en este caso son ovaladas. Una especie de croquetas pequeñas que en ver de freírse se añaden a la sopa de donde cogen sabor y se terminan de cocinar.