Ya sabemos que la comida preparada, la comida que se lleva al trabajo si este pilla muy lejos de casa es algo que se lleva practicando desde hace más de 3.000 años tras detectar en una cueva mina austriaca de cobre, restos de la Edad de Bronce con comida preparada que no eran productos de esa misma zona en concreto.
Se han encontrado restos de frutas, de frutos secos, de cereales, pero no había restos de haberlos pelado, limpiado o cascado en el lugar, lo que indicaría que se tuvieron que llevar hasta ese lugar de trabajo duro ya preparados los alimentos, para servir de alimentación en el puesto de trabajo. Ni tampoco se han encontrado las herramientas que se deben utilizar para moler o descascarillar los cereales.
Se han encontrado restos de lentejas, trigo, centeno, mijo, nueces, manzanas, moras, fresas, cerdo, ternera y cordero. En los estudios se ha detectado que los cereales los mezclaban con algún líquido, posiblemente leche formando una especie de sopas espesas.
La idea principal de estos análisis es que este tipo de comida por su calidad no se traía desde el hogar por el mismo trabajador, sino que posiblemente se repartía en el lugar del trabajo ofrecido por la empresa, pues no parece habitual en esos lugares y épocas utilizar las lentejas o el trigo en las comidas habituales del hogar, pues eran consideradas como productos caros.
En aquellos tiempos era más habitual el consumo de alubias, habas y guisantes que dejaban secar o que chamuscaban ligeramente al fuego, para poder conservar las semillas durante todo el año, entre cosecha y cosecha.