No siempre la pasta debe ser cocida y tras esos minutos de cocción en agua con sal añadirle una salsa a nuestro gusto. Hay otros métodos o técnicas para cocinar una pasta guisada y que ofrecen más posibilidades, reforzando el sabor. La más sencilla es cocinar la pasta del tipo que sea como si estuviéramos haciendo un arroz tipo paella.
Necesitamos un refrito de pimientos, tomate, ajos y/o cebolla. Y en este caso unos trozos de bacalao o merluza o cualquier otro pescado que tengamos por casa, junto a unos langostinos pelados. Los añadimos y los refreímos un minuto.
A continuación añadimos a la olla del sofrito medio litro de caldo colado que hemos hecho antes con las cabezas de los langostinos y cualquier añadido que deseemos, por ejemplo una patilla de caldo concentrado o unos trozos verdes de la cola de una cebolla, algo de tomate concentrado o pimiento choricero, etc. El doble de cantidad de caldo que de pasta, pero también esto es aproximadamente.
En cuanto todo empiece a hervir añadimos la pasta y dejemos hervir a fuego mediano entre 8 y 15 minutos dependiendo de las indicaciones de cada tipo de pasta.
Podemos lograr un plato de pasta seca, o melosa con algo de caldo, o totalmente caldosa sin llegar a ser una sopa, dependiendo de la cantidad de caldo que vayamos añadiendo a la pasta en la cocción. Hay que servir casi al instante de terminar el tiempo de cocción para que la pasta no se hinche en exceso. Pero tampoco es una norma de obligado cumplimiento.
Lo cierto es que habréis conseguido una pasta mucho más sabrosa que si simplemente la cocéis con agua y le añadimos una salsa por encima, aunque la dejemos unos minutos cociendo finalmente con la salsa.