La comida asiática europeizada tiene varias ventajas para los occidentales y tal vez por alguna de ellas nos tienen pillados o enganchados. Una es su originalidad incluso utilizando productos de lo más comunes. No es necesario emplear productos que no tenemos en nuestros mercados.
Otra opción inteligente es la mezcla de colores en sus presentaciones. Y la incorporación de elementos pequeños, de piezas pequeñas para coger con pinzas. Eso nos parece original aunque nos presenten una pechuga de pollo.
La mezcla de sabores es otro detalle a tener en cuenta. Dulce con salado, algunos amargos, picantes distintos, frescura junto a elementos muy elaborados, crudo y cocinado, etc.
Y luego, sin dudarlo, el precio muy asumible por todos los que deseamos probar productos algo distintos, cocinas algo deferentes.
Este que vemos son unas tiras de pollo rebozadas y fritas, crujientes, pero terminadas con una especie de caramelo no muy dulce, y con la frescura de algo verde finamente picado y unos frutos secos.
Son técnicas de cocina que ellos dominan muy bien, una presentación sencilla pero efectiva, y un precio de menú del día en Madrid.
Es verdad que cada vez es más recomendable ir a restaurantes orientales "de verdad" en donde probar productos propios. Hay muchos platos que desconocemos. Incluso si acudes a un restaurante chino en New York, americanizado, lo que te presentan no siempre es similar a lo que te sirven en España.
Pero aquí, se han ido acostumbrando a lo fácil en muchos casos, a lo que saben que funciona bien, y no quieren explorar nuevos platos, lo que los volvería a poner en primera línea de consumo entre sus clientes.