22/10/25

Alitas de pollo asadas, maceradas con una salsa americana

Sobre todo en la cocina americana, suelen poner las carnes de ave, pollo o pavo, a macerar en salsas que cada familia tienen casi como un secreto de alcoba.

Os dejo una salsa muy sencilla para poner alitas de pollo a macerar unas horas antes de meterlas al horno.

Se mezcla medio vaso (de agua) de salsa de soja con igual cantidad de un vino semidulce o seco, tipo Jerez o rancio

Se le añade el zumo de una naranja o de un limón (a gusto) más una cucharada sopera de azúcar y un par de guindillas cayena (o cuatro, depende de gustos) machacadas y convertidas en casi polvo. 

Podemos añadirle pimienta molida, algo de curry o unas hojitas de laurel picadas.

Ponemos las alitas o piernas del pollo en una fuente y las rociamos con esta salsa, dejándolas al menos 4 horas para que absorban parte de su sabor.

Ponemos a calentar el horno a unos 180/200 grados y cuando esté a temperatura metemos la fuente como unos 30/40 minutos, dando vuelta de vez en cuando para que no se quede seco el pollo. Si fuera necesario, se pone un poco de agua en el fondo de la fuente.

Servir caliente y con un puré de manzana o en su defecto de patata.

Macarrones para aprendices de cocina


Vamos a dar una pequeña explicación de cómo hacer unos macarrones para aprendices de cocina, para esas personas que tienen que aprender desde lo más básico. Para quien no haya cocinado nunca.

Ponemos a cocer al máximo de fuego en una olla mediana, tres vasos grandes de agua mineral con una cucharadita pequeña de sal. Puede ser agua del grifo si es una ciudad con aguas buenas.

Cuando hierva, ponemos en el agua 90 gramos de macarrones baratos de bolsa (un vaso de agua casi lleno de macarrones hasta arriba, aunque abajo te indico la dosis más correcta por persona), y cuando vuelva hervir el agua (habrá dejado de hervir unos segundos al poner la pasta) bajaremos el fuego a la mitad de potencia y mantendremos hirviendo el agua entre 12 y 15 minutos.

Los italianos dirían que solo 7 minutos, pues les gusta la pasta más dura que a los españoles. Al gusto.

Acabada la cocción, escurrimos la pasta del agua (si la lavamos para cortar la cocción, debemos añadirle sal otra vez) y le añadimos a la pasta una salsa que vamos a comentar a continuación varias opciones.

Bien una salsa super rápida que puede ser simplemente tomate frito de cajita. Dos vueltas del tomate con la pasta, un par de minutos al fuego para que se mezclen los sabores, que no quede muy seco, unas chorraditas de aceite de oliva y punto.

Está la opción un poco más refinada que es comprar una salsa para pasta en el supermercado, salsa ya hecha, bien tipo tomate a la boloñesa u otro tipo de salsa de bote de cristal o envasadas al vacío como la de pesto o de setas. Mezclar con la pasta y dejar cocer un par de minutos o lo que indique la salsa.

Es interesante guardar en un vaso algo del agua de cocción de la pasta, por si se te queda muy seco todo, pues se puede añadir a la pasta con la salsa y recupera su humedad excelente.

Un sistema rápido de darle un sabor personal es añadirle a la pasta caliente sin ninguna otra salsa, una lata de calamares en salsa americana o una lata de mejillones en salsa de veiras, o simplemente una lata de atún en aceite y queso rallado por encima del de fundir (lo indica en el sobre del queso rallado del supermercado). Un par de latas de calamares en su tinta también puede engañar al comensal.

Antes de servir, toma un poco de muestra y pruébala, para ver si la tienes que rectificar con algo de sal.

Si la pasta se queda fría, se calienta en microondas unos 40 segundos, depende de la cantidad. Pero también se puede calentar al fuego normal, añadiendo algo de esa agua de la cocción que hemos guardado en un vaso.

La pasta cocida, si sobra porque has cocido mucha, se puede guardar en la nevera con parte del agua de la cocción, y te durará unos días. Y recuerda, con 70 gramos de pasta por persona es suficiente. Más o menos un puñado gordo de pasta por persona. Excepto que tengas la mano muy pequeña.