21/11/25

Pequeños consejos para la cena de Nochebuena o Nochevieja


Voy a comentarte algunos pequeños consejos para las cenas de Nochebuena y Nochevieja. Son muy elementales, pero puedes servirte para la calma de esas horas importantes.

Disfruta lentamente de la cena importante de todos los años, no hay que tener prisas en saborear nada, si lo tomas lentamente sabe más.

La decoración de la mesa es importante. Unas velas, unas hojas secas sobre la mesa, un mantel de color llamativo o en tonos crudos según el tipo de cena que servirá, una cristalería completa, ayudan a dar ambiente. Cuidad darte ese ambiente especial, para que te entre por la vista.

El marisco algo caliente, está mejor y más sabroso. No es necesario que sea muy caro, ni tiene que ser muy especial, a veces simplemente un nuevo tratamiento encaja muy bien. Recuerdo unos langostinos guisados en tomate y pimiento rojo de Logroño y algo picantes, que estaba deliciosos, y eran langostinos congelados.

Unos entremeses tipo tapas, en bandejas que van saliendo de cocina según se toman, es una agradable manera de sorprender a sus comensales. Nunca saben qué viene después ni cuando acaba el servicio. 

Aprende a  elegir el orden de salida de los platos con arreglo sobre todo a que no tengas que trabajar mucho. Primero los fritos, luego los fríos o cocidos y por último los de horno. Hay decenas de posibilidades baratas y curiosas.

Tomar cava seco durante toda la cena es una opción muy recomendable y si no se sale de tomar siempre la misma marca y tipo de cava durante toda la noche, su cabeza se lo agradecerá. 

Mejor brut que semidulce para la cabeza. Mejor marca que ya conozca, que otras de gran postín pero que no sepa cómo sientan sobre su dolor de pelota. No siempre lo caro es mejor.

Un suave coctel de bienvenida ayuda a abrir los jugos gástricos, también un aperitivo con encurtidos o vinagretas.

Servir diversas formas de pan, diferentes tipos de pan, queda muy elegante. Nunca se toman, pero queda muy enmarcado y ayuda a valorar la totalidad de la cena.

Curiosamente muchas familias mantienen una tradición, un producto que repiten año tras año, cocinado de la misma forma o de diferente manera. No pierda estas opciones que sirven para enmarcar a la familia.

Recuerda que un asado requiere tiempo, que para noches de poca atención no es lo mejor, pero si has decidido cocinar asado, riégalo con alegría con cerveza o vino o sidra, y lo dejas en el horno a fuego no muy fuerte, para que la carne no quede dura, al menos entre una hora u hora y media por kilo, según carne.

Junto a los turrones, puedes servir bombones, frutas de Aragón, frutas tropicales o unas nueces y avellanas. En la novedad puede estar el gusto que se recuerde más. Un vino oloroso, un moscatel de calidad, encaja muy bien.

Prohibido discutir en la sobremesa, es de mala educación y no sirve de nada. Además las discusiones en días señalados duran muchos más meses o incluso años que las realizadas en días normales. Una música suave de fondo ayuda a ciertos silencios con sonrisas.

Receta histórica de Berenjenas de Almagro


Abú Zacarías, más conocido como Ibn al-Awwam, fue un agrónomo andalusí que vivió en Sevilla durante el siglo XII, y en su enciclopédica obra, el Kitab al-Filaha (Libro de Agricultura), describe con detalle varias técnicas para la conservación de alimentos, incluyendo la berenjena que hoy conocemos como Berenjenas de Almagro.

En su libro, Ibn al-Awwam no se limita a una única fórmula, sino que presenta diferentes métodos para encurtir la berenjena, lo que demuestra que era una práctica culinaria bien establecida en Al-Ándalus. Se buscaba la conservación de este producto, pero a su vez lograr diferentes sabores y texturas.Una de las recetas principales que describe es muy similar al escabeche moderno y se puede resumir en los siguientes pasos.​

Las berenjenas se hierven primero en agua con sal, se les quita el cáliz (el "sombrero" verde) y se cuecen en una olla con abundante agua y sal.​ Una vez cocidas, se prensan ligeramente para escurrir el agua sobrante y eliminar parte de su amargor natural. Se colocan sobre una tabla y se cubren con otra tabla y se les pone un peso encima para prensarlas y forzar la salida de toda el agua que contienen, la cual arrastra el amargor del fruto.

Tras este prensado se introducen en una jarra de barro o de cristal y se cubren con una mezcla de una parte de vinagre, dos partes de agua y sal hasta cubrirlas por completo. Al aliño se le añaden hierbas aromáticas como tomillo, romero o menta para darle sabor.​​ Actualmente la incorporación de pimentón dulce ligeramente frito es imprescindible. Incluso con un muy ligero toque de pimentón picante. El pimentón junto al aceite de su paso por la sartén, sin que nunca se queme.

Esta preparación se deja macerar durante unos días antes (como mínimo 3 días) hasta su consumo para que la berenjena absorba todos los sabores del aliño.

Ibn al-Awwam también menciona variantes de esta receta, y una de ellas en la que las berenjenas se fríen ligeramente antes de ser puestas en vinagre.​ Esta descripción de la receta es la base de los escabeches y encurtidos de berenjena que han llegado hasta nuestros días, demostrando la perdurabilidad de las técnicas culinarias andalusíes.