Sobre todo en la cocina americana, suelen poner las carnes de ave, pollo o pavo, a macerar en salsas que cada familia tienen casi como un secreto de alcoba.
Os dejo una salsa muy sencilla para poner alitas de pollo a macerar unas horas antes de meterlas al horno.
Se mezcla medio vaso (de agua) de salsa de soja con igual cantidad de un vino semidulce o seco, tipo Jerez o rancio.
Se le añade el zumo de una naranja o de un limón (a gusto) más una cucharada sopera de azúcar y un par de guindillas cayena (o cuatro, depende de gustos) machacadas y convertidas en casi polvo.
Podemos añadirle pimienta molida, algo de curry o unas hojitas de laurel picadas.
Ponemos las alitas o piernas del pollo en una fuente y las rociamos con esta salsa, dejándolas al menos 4 horas para que absorban parte de su sabor.
Ponemos a calentar el horno a unos 180/200 grados y cuando esté a temperatura metemos la fuente como unos 30/40 minutos, dando vuelta de vez en cuando para que no se quede seco el pollo. Si fuera necesario, se pone un poco de agua en el fondo de la fuente.
Servir caliente y con un puré de manzana o en su defecto de patata.