A veces la diferencia entre un servicio normal y otro con un pequeño detalle de buen gusto es tener imaginación. Ya hace un tiempo que se ha ido poniendo de moda decorar la espuma de un café exprés o cortado con la espuma final.
Pero no todos los profesionales saben hacerlo, aunque parezca sencillo. Y para el resto cada uno pone su imaginación al servicio de los clientes.
Este corazón encima de la espuma es un golpe de cacao con un botecito que tiene unas aperturas dispuestas para dibujar lo que se quiera con diferentes tapas del frasco.
Sencillo, fácil y rápido, y una manera de elevar el servicio y cobrar unos céntimos de más por el servicio.