Uno no puede ejercitarse con sabores de restaurantes caros, tengo mis limitaciones, así que para hacer boca y aprender a catar platos, empezamos por uno sencillo, cutre y barato, hogareño y raro.
En plan de osadía y novedad. Seguro que no hay nadie en el mundo que ha hecho una cata de albóndigas de lata. En algo puedo ser el primero. ¿O no?
A un precio inferior a un euro les presentamos esta lata de albóndigas TELLER, marca blanca de un envasador de Orense, que indica en la lata que no lleva ni conservantes ni colorantes, lo cual en un producto de estas características es todo un detalle para señalar.
Si estudiamos un poco la composición de los ingredientes, leemos que lleva carne de cerdo, de ternera y de pollo. Al menos lo dicen. Una mezcla tal vez excesiva de tipos de carne.
No sabemos (en el año 2008) qué cantidad de pan llevan las albóndigas, porque no es obligatorio decirlo, lo cual convierte no solo a esta lata sino a cualquiera en un producto sin control. ¿Cuánto es carne y cuanto harina, pan rallado y fécula de patata?, no lo sabremos nunca.
Si que sabemos que la salsa tiene tomate, pimiento rojo, apio, ajo, guisantes, perejil, sal, pimentón, pimienta blanca y nuez moscada. Bien. Y por cierto, algo de vino blanco. Toda una buena explicación.
En la imagen del producto abierto, vemos en la composición de las bolas, zonas claramente de pan, más claras, pero curiosamente también se ven en la imagen de la lata, algo extraño de observar en casi todos los productos que compramos, que tienden a engañar en las imágenes que presentan.
La salsa tiene un cuerpo muy correcto, se ven trazas de pimiento rojo y posiblemente apio, aunque parece cebolla, y suficientes guisantes bien conservados que le dan un aspecto y sabor agradable.
La carne no soporta bien mi análisis gustativo. Está muy picada y con un sabor fuerte y algo ahumado, no abusa del pan, pero la carne no ofrece un sabor correcto. No se aprecian rastros de malas carnes, ternillas o similares pero si que parece carne de zonas no nobles, carne como es lógico por el precio de zonas B ó C de los animales.
En plan de osadía y novedad. Seguro que no hay nadie en el mundo que ha hecho una cata de albóndigas de lata. En algo puedo ser el primero. ¿O no?
A un precio inferior a un euro les presentamos esta lata de albóndigas TELLER, marca blanca de un envasador de Orense, que indica en la lata que no lleva ni conservantes ni colorantes, lo cual en un producto de estas características es todo un detalle para señalar.
Si estudiamos un poco la composición de los ingredientes, leemos que lleva carne de cerdo, de ternera y de pollo. Al menos lo dicen. Una mezcla tal vez excesiva de tipos de carne.
No sabemos (en el año 2008) qué cantidad de pan llevan las albóndigas, porque no es obligatorio decirlo, lo cual convierte no solo a esta lata sino a cualquiera en un producto sin control. ¿Cuánto es carne y cuanto harina, pan rallado y fécula de patata?, no lo sabremos nunca.
Si que sabemos que la salsa tiene tomate, pimiento rojo, apio, ajo, guisantes, perejil, sal, pimentón, pimienta blanca y nuez moscada. Bien. Y por cierto, algo de vino blanco. Toda una buena explicación.
En la imagen del producto abierto, vemos en la composición de las bolas, zonas claramente de pan, más claras, pero curiosamente también se ven en la imagen de la lata, algo extraño de observar en casi todos los productos que compramos, que tienden a engañar en las imágenes que presentan.
La salsa tiene un cuerpo muy correcto, se ven trazas de pimiento rojo y posiblemente apio, aunque parece cebolla, y suficientes guisantes bien conservados que le dan un aspecto y sabor agradable.
La carne no soporta bien mi análisis gustativo. Está muy picada y con un sabor fuerte y algo ahumado, no abusa del pan, pero la carne no ofrece un sabor correcto. No se aprecian rastros de malas carnes, ternillas o similares pero si que parece carne de zonas no nobles, carne como es lógico por el precio de zonas B ó C de los animales.