Los quesos fuertes de sabor y en especial los quesos tipo azules como los Cabrales aunque también sirven los curados y muy curados, se pueden servir en plato como un postre dulce, si le añadimos una fruta.
Cortamos unos filetes finos de Cabrales, Gamoneu, Idiazabal, Manchego o Roncal curados y ponemos por encima del queso o bien unas gotas generosas de miel o bien unos filetes de uvas blancas o unas láminas de pera dulce, o un poco de mermelada ácida como se hace en Europa.
El cambio de sabor del conjunto es fabuloso, se realza el queso y se obtiene un nuevo producto que encaja maravillosamente con un cava, un moscatel, un vino generoso, un vino rancio.
El cambio de sabor del conjunto es fabuloso, se realza el queso y se obtiene un nuevo producto que encaja maravillosamente con un cava, un moscatel, un vino generoso, un vino rancio.
Aconsejo la prueba para convertir un queso fuerte en algo novedoso con unos pequeños cambios en la presentación. Una simple miel o una fruta. Si la miel es de sabor fuerte mucho mejor.