Es un cordero con un peso en vivo de unos 12 kilos, aunque en algunos pueblos de Aragón se sacrifica más joven y pequeño con 70 días y unos 10 kilos en vivo.
Es una carne ideal para hacer frita o asada, con un sabor a carne joven y nada fuerte, sin sabores a hierba o a un animal sacrificado, lo que le confiere gran calidad para recetas en las que se desea una carne con sabor natural, algo complejo con otras razas de corderos.
Las recetas más conocidas en Aragón para este tipo de carne son las paletillas asadas, las costillas fritas en poco aceite y si acaso con algo de ajo y perejil o empanadas en huevo y pan rallado, los jarretes guisados o los bajos de ternasco muy fritos (casi churruscados) o guisados como los jarretes. Sin olvidarnos de la maravilla de carne de ternasco a la brasa para días de fiesta y celebración.
Las recetas más conocidas en Aragón para este tipo de carne son las paletillas asadas, las costillas fritas en poco aceite y si acaso con algo de ajo y perejil o empanadas en huevo y pan rallado, los jarretes guisados o los bajos de ternasco muy fritos (casi churruscados) o guisados como los jarretes. Sin olvidarnos de la maravilla de carne de ternasco a la brasa para días de fiesta y celebración.