Vale, si, en
la anterior entrada hablamos de una lata de alcachofas servida con una salsa
vinagreta muy suave con ajo y perejil en entredicho. Muy sabroso todo, en
serio, si lo dejamos unas horas a que las alcachofas cojan su sabor con el ajo.
Pero al abrir
las dos latas de alcachofas para entrantes en una comida familiar, vi que me
había pasado en el precio de compra y había adquirido una lata con alcachofas
muy pequeñas, deliciosas, baby más bien. Así que tuve que inventar otra manera
más de servir las alcachofas para no aburrir a los comensales.
Busqué en la
nevera y pillé un paquete de bacón ahumado, lo piqué en tiritas pequeñas y lo
pasé por la sartén hasta dorarlas. Sobre una bandeja puso un pan pequeño
tostado, una alcachofa y por encima le puso unas gotas del aceite de freír el
bacón y unas tiratas tostadas. Un éxito, en serio. Ligeramente templado resultó
una tapa de diseño de la manera más sencilla y rápida.