El Ginger Ale es una bebida refrescante de jengibre, normalmente sin alcohol que hoy lleva gas carbónico pero que antes era sin gas. Se utiliza mucho para mezclar en combinados de alcohol pero también para mezclar con zumos de frutas y conseguir cócteles sin alcohol.
Pero en casa podemos hacer Ginger Ale de forma muy sencilla, todo es proponérselo. Rallamos unos 20 gramos de raíz de jengibre que ahora ya es muy sencillo de conseguir en muchos supermercados. Aprovechamos también las gotas que suelte la raíz a la hora de ser rallada. En una botella de litro y medio mezclamos la pasta resultante y sus gotas con el zumo de un limón o de una lima. Sobre gustos no voy a insistir, pero se puede poner un o dos limones o limas. Añadimos cuatro cucharadas soperas (algunos ponen seis) de azúcar moreno para que tome color el Ginger Ale. Mezclamos bien y lo dejamos reposar fuera de la nevera medio día y luego lo metes a la nevara para que esté bien frío. Y ya se puede tomar, con cuidado para que al fondo de la botella se vayan los despojos del jengibre. El agua que hemos añadido puede ser don gas o sin gas. Depende de los gustos.