A los niños hay que meterles en la cocina desde pequeños,
para que jueguen con los alimentos en el mejor sentido de la palabra y para
que disfruten de la cocina y aprendan también a comer mejor.
Nada es más gratificante para ellos que ser los protagonistas
de los platos que se sirven. Cocinas no siempre es complejo y poder presentar
un plato terminado al resto de la familia un premio que los niños siempre
agradecen.
Imaginemos un día de fiesta familiar en el que los niños
pueden ayudarnos a realizar un palto sencillo, muy sencillo que sirve para casi
todas las edades y que puede representar además un plato apetitoso para ellos.
En este ejemplo de entremeses diferentes hemos incluido
algunos sabores que para algunos niños pueden ser novedosos, depende también de
las edades, y que pueden ellos mismos manipular y presentar.
Un chorizo cocido con sidra o un poco de vino blanco
mezclado con agua. Una sobrasada mezclada con miel. Unos filetes de salmón
ahumados con un poco de salsa, un poco de queso de cabra con el filetito de
chorizo cortado con un cuchillo son mucho filo, son ejemplos muy sencillos.
Llenar el plato con unos kikos, unas olivas variadas, unos frutos secos, unas
galletitas saladas, es ayudarles a comprender el rol de la comida y de la presentación.
Si estos sabores no les gustan se puede buscar otros, pero el caso es
compartir, ayudar y presentar.