Ya sé que lo saben, pero debemos recordarlos pues el camino emprendido por muchos restaurantes no es nada bueno. Cada vez hay menos cocinas en los restaurantes “normales de precio” y todo se compra ya cocinado de forma industrial y envasado al vacío y se emplata y decora mientras se calienta y se sirve. Podemos estar comiendo las mismas alcachofas estofadas en Sevilla o en Zaragoza, hechas en Madrid o en Valladolid. De hecho en estas Fiestas del Pilar de Zaragoza, los bocadillos de ternasco (cordero aragonés) dicen que se han traído desde una empresa de Vitoria. Los mismos bocadillos vascos para los variados lugares repartidos por toda Zaragoza.
Si quitamos cocinas o las minimizamos, si restamos cocineros de plantilla, si en todos los restaurantes se come lo mismo, volveremos a comer en casa. ¿O ya estamos volviendo? O buscaremos el local más barato. Y los jóvenes estudiaran cualquier cosa menos cocina, excepto que aspiren a montar su propio restaurante que aprenda a comprar las comidas ya cocinadas y envasadas al vacío.