Revisando recetas de hace casi un siglo me encuentro con esta que titulan Tortilla Rellena a la Romana, que en realidad es una tortilla rellena y rebozada de… tortilla, un plato contundente de comida de campo para hogares donde había un exceso de huevos, es decir de gallinas.
Dice la receta de esta tortilla rellena a la romana que para cuatro personas se utilizan de entrada cuatro huevos a los que se añade un puñado pequeño de espinacas cocidas y escurridas de agua (el puñado son ya cocidas) más unos lomos de una sardina en arenque, es decir sardinas rancias o guardiaciviles desalados, limpios de espinas y cortaditos finos.
Con todo esto mezclado se hace una tortilla tipo francesa, como un cilindro, que no se deja cuajar del todo, debe quedar blandita, poco hecha, lo justo para darle la forma.
Tras hacer esta tortilla se baten los otros cuatro huevos restantes, junto a una cucharada sopera de queso rallado del que se tenga en casa, sal y pimienta blanca. En una sartén más amplia que la primera se ponen los huevos a cuajar con una cucharada pequeña de aceite y cuando ya esté la capa inferior cuajada de esta segunda tortilla se pone encima la primera tortilla y se procederá a dar la vuelta al conjunto de las ya dos tortillas, para que la segunda cubra la primera, la reboce de huevo y queso. Y se termina de hacer la "doble" tortilla.
Se puede tomar fría, del tiempo o caliente. Con unos tacos de buen queso o de buen jamón recién cortado a su alrededor para darle contundencia modernista.