El mundo del rebozado puede tener muchas sorpresas. Les presento aquí un ejemplo de ello. Simplemente una lata de olivas (aceitunas) rellenas de anchoas, rebozadas en harina, huevo y luego pan rallado.
Una vez fritas es bueno servirlas recién hechas, algo calientes.
Todo producto tiende a tener un sabor más amplio si está caliente y en este caso es más marcado pues todos recordamos el sabro justo pero en frío. Por eso y sobre todo si las olivas son rellenas de anchoas y están ya en frío algo fuertes, es conveniente lavarlas un poco antes de rebozarlas, para que no resulten excesivamente fuertes.
Como siempre, se pasan por harina (no es obligatorio) luego por huevo batido y por fin por pan rallado o molido. Se fríen en abundante aciete hasta que tomen color.
Un vino manzanilla o un bitter amargo le siente perfectamente. Pero también un vino ligeramente dulce, un vermouth por ejemplo.
Una vez fritas es bueno servirlas recién hechas, algo calientes.
Todo producto tiende a tener un sabor más amplio si está caliente y en este caso es más marcado pues todos recordamos el sabro justo pero en frío. Por eso y sobre todo si las olivas son rellenas de anchoas y están ya en frío algo fuertes, es conveniente lavarlas un poco antes de rebozarlas, para que no resulten excesivamente fuertes.
Como siempre, se pasan por harina (no es obligatorio) luego por huevo batido y por fin por pan rallado o molido. Se fríen en abundante aciete hasta que tomen color.
Un vino manzanilla o un bitter amargo le siente perfectamente. Pero también un vino ligeramente dulce, un vermouth por ejemplo.