
Esta tapa se sirve fría.
En ambos casos, se puede acompañar de un buen rosado bien fresco, un vino fino o manzanilla o incluso una copa de cava.
Como antes comentábamos, una tapa debe entrar por la vista, y muchas veces en casa podemos hacer decenas de ellas con los productos que tenemos en el frigorífico, si simplemente sabemos presentarlos bien.
Esta misma tapa queda perfecta con una sardina de lata en tomate o escabeche o picante.