Hay decenas o centenares de tipos de salsas diferentes para todo tipo de platos fríos o calientes. Algunas salsas se mantienen en el tiempo y otras salsas en cambio caen en desuso, se olvidan, se utilizan menos. Hoy me voy a referir a una salsa que se utiliza poco y que se llama Salsa Roja o Salsa Escarlata por su color rojo potente. En realidad es muy sencilla de hacer. Sirve para pescados al horno, para pescados cocidos e incluso para algunas aves blancas. Y NO LLEVA TOMATE.
Vamos a partir de una salsa mayonesa ya hecha, la habitual y mas normal de las salsas base. A esta salsa mayonesa de dos huevos (un vaso grande de salsa, más o menos) le vamos a incorporar una cucharadita de cafe bien colmada de pimentón dulce o pimentón mitad dulce y mitad picante.
Y además tres cucharadas colmadas de del interior de las cabezas de las gambas, langostinos, langostas, buey de mar, etc. Este producto lo habremos cocido antes o si es el interior de las cabezas de langostino, lo pasaremos por sartén. Y solo se puede incorporar convierto en puré y a temperatura ambiente, para que no haga reacción con la salsa mayonesa y se cuaje.
Se mezcla todo y se sirve en una salsera.
Si nos queremos saltar en parte el sistema de los corales y sustancias de los mariscos podemos recurrir a huevas rojas de las que sirven en conserva o incluso a huevas que por ejemplo vende IKEA en tubos como si fuera dentífrico y que son huevas de bacalao ahumado, un tubo azul de marca KALLES.
El color y parte del sabor lo dará el pimentón y el sabor más fuerte y a pescado lo complementará los corales de los mariscos o las huevas del pescado.