3.4.21

Carne de potro o caballo. ¿Por qué no se consume más?


Durante siglos y hasta hace un milenio, las yeguas eran más apreciadas que los caballos pues producían beneficio a las familias en forma de carne y de nuevos potros que se vendían para la guerra. En el siglo XX todavía los caballos, mulos, asnos, machos o burros eran utilizados para la carga o las labores del campo, pero mucho antes eran un producto ganadero en gran parte de Europa que producía carne más sana y para conservar mejor que la de por ejemplo el cerdo. Si recordamos la cecinas veremos que hoy es complicado encontrar cecinas de potro, pero era de lo más habitual hasta hace unas décadas y un método muy bueno para conservar las carnes de equinos en la antigüedad. Carnes secadas al aire con sal o ahumadas en las cocinas. 

El caballo y sobre todo el potro tiene una carne con menos grasa que los cerdos e incluso que las terneras, algo más dulce, más tierna y nutritiva y con mayor cantidad de Vitaminas del Grupo B. pero es cierto que algunas religiones lo prohibieron en algunos periodos históricos entre ellas la católica excepto en periodos de hambruna o malas cosechas (y otras religiones como la judía y la musulmana nunca lo quisieron consumir), y que en siglos más recientes al actual representaba un problema sacrificarlos, pues nadie quería hacerlo al ser considerado un animal de compañía, de guerra o de labranza con el que se mantenía una relación casi familiar, como lo era con los perros.

Pero antes del siglo X criar potros desde las yeguas de la familia era como criar cerdos o terneros. Aunque su coste diario en comida era alto (unos 10 kilos de alimento al día por caballo) y por ello no todas las familias podían permitirse criar para la alimentación humana sino más bien criar para vender caballos para la guerra o asnos y burros para el trabajo del campo. 

Hoy el consumo de potros en España es muy bajo, sobre el 0,2% del total de carne y suelen ser animales criados para su consumo con entre 15 y 20 meses de vida, animales de unos 300 kilos en vivo. Pero en cambio sí somos algo más productores que consumidores, pues exportamos hacia parte de Europa y sobre todo animales vivos al Japón en donde los engordan y venden la carne de calidad a precios muy elevados.

Además de las cecinas la carne de potro se toma principalmente como carne guisada en vinos o cervezas como si fueran guisos con verduras, como chuletas a la plancha o brasa similares a los chuletones de bueyes, y como cortes de lomos y de carne muy similar al de la ternera. También algunos cortes menos nobles se utilizan para hacer carnes picadas. Pero siempre existe el gran hándicap de que asemejamos la carne de caballo con la carne de un animal doméstico.

Nota.: La imagen es de aquí.