Hoy en un restaurante de Andorra, el país, me han servido una hermosa hamburguesa gruesa y bien hecha a la parrilla, algo tostada por fuera y muy jugosa por dentro y en su punto, cubierta por una loncha de foie gras de pato justamente pasada por la plancha.
Una presentación sencilla a la que le faltaba un poco de decoración y tal vez cambiar las patatas fritas caseras y sin pelar pero muy bien fritas y con salsa de ali oli, tal vez por unos pimientos verdes o unas berenjenas en escalibada.
El resultado excelente, el precio de premio. Todo el plato ha salido por 6,5 euros.
No se puede pedir más que haberlo detectado antes y cambiar la jarra de cerveza fuerte por un Somontano o un tinto con cuerpo o incluso una copa de cava. Pero era tarde, pues primero hemos pedido la bebida.
A veces los premios se encuentran en donde menos se espera.
Aclaro.: Era auténtico foie gras y no paté de hígado de pato o ganso. Era filete de hígado y no un batido de hígado de pato, aunque el precio sorprenda.