30.1.25

¿Se está perdiendo el sabor de la fabada auténtica?


Este grabado está realizado entre el año 1650 a 1668, tiene pues más de 350 años. Y vemos lo que desearon representarnos en el dibujo, una cocina de entonces, pero una cocina de una familia con poder, con posibles. Podría ser esta misma imagen o muy similar a la de una cocina de hace muchos menos años, del siglo XIX incluso…, por no decir de principios del siglo XX.

No es tanto lo que ha evolucionado la cocina y la gastronomía en los tres últimos siglos, como la barbaridad que lo ha hecho en las tres últimas décadas. 

En productos nuevos, en técnicas, en modos de cocinar y en máquinas que utilizamos en los hogares para facilitarnos el trabajo. En salsas o en trabajos de laboratorio que logra resultados a veces sorprendentes.

También en estas dos últimas décadas se ha ido impuesto la globalización en la cocina y ahora es mucho más sencillo conocer y probar platos muy diferentes a los de hace más tiempos, con muchos más sabores que nos han venido desde todo el mundo.

Pero eso no debe suponer olvidarnos de la cocina española, de los sabores que hemos tenido durante cientos y cientos de años en nuestra sociedad. Los guisos, los embutidos, las verduras y frutas propias, etc. 

Está bien tomar sushi, pero no debemos olvidarnos que una fabada casera no sabe como las de conserva. Y ese sabor sí es único y tenemos la obligación de mantenerlo en la memoria colectiva. Y para ello hay que empezar por valorar esos platos históricos, y sabemos exigir y sobre todo cuidar. Hay que buscar los lugares en donde los cocidos, los guisos o las fabadas sepan como antes de este siglo XXI. Por cierto, labor nada fácil de encontrar y mantener.